sábado, 31 de julio de 2010

Un pensamiento


Ya que vengo de un restaurante griego, va un pensamiento de uno que me gusta. Era un filósofo griego, que nació en Jonia (hoy Turquía) y lo acompaño con una fotito de su ciudad, es la Biblioteca de Efeso. ¿No es un lugar precioso?. Para mi es uno de mis lugares en el mundo.

NADA ES PERMANENTE, EXCEPTO EL CAMBIO. Heráclito de Éfeso (535-484 -a. C.-)

Me encanta esta frase.

viernes, 30 de julio de 2010

Más de lo mismo

Siguiendo con el tema de lo que me marcó en la vida hay un par de frases de Almafuerte que nunca olvido:

¡ AVANTI !

Si te postran diez veces, te levantas
otras diez, otras cien, otras quinientas;
no han de ser tus caídas tan violentas
ni tampoco, por ley, han de ser tantas.
...
¡ Todos los incurables tienen cura
cinco minutos antes de su muerte !

¡ PIU AVANTI !

No te des por vencido, ni aún vencido,
no te sientas esclavo, ni aún esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y acomete feroz, ya mal herido.
...

¿No son buenas?

jueves, 29 de julio de 2010

Fábula

No sé de quien es la fábula, creo que estaba en “Campanita”, mi libro de lectura de primer grado. Nunca la pude olvidar, creo que fue una de las cosas que marcó mi vida.

Subió una mona a un nogal
y arrancando una nuez verde,
en la cáscara la muerde,
lo que le supo muy mal.
Arrojóla el animal y se quedó sin comer,
así suele suceder
a quien la empresa abandona,
pues halla como la mona
al principio que vencer.

martes, 27 de julio de 2010

El discreto encanto de los señores que no saben hacer (o lo que facilita el desenamoramiento)

Será porque me crié entre hombres habilidosos, mi abuelo Natalio, mi papá Hernán y mi hermano Claudio, sabían y - el que queda aquí- sabe hacer de todo, desde arreglar una conexión eléctrica, pasando por solucionar una pérdida de agua, levantar el capot y solucionar un problema en el auto, arreglar una pared, hasta hacer que mi PC funcione.
Por eso supongo que mis amigos son tan habilidosos como ellos, Fernando es el rey, la estrella, la luz que ilumina mi camino y lo hace más fácil, lo último que hizo fue colocarme las luces del balcón y unas preciosas (que hasta me acompañó a comprar) lámparas en la pared de mi habitación, pero también fue quien me armó la biblioteca del escritorio, me hizo una conexión invisible que le tomó un día entero del sound round, me instaló el plasma, el tender en el lavadero, hasta arreglarme la PC, en fin todo lo que se les ocurra imaginar.
Esos son los hombres que admiro, intelectualmente brillantes y manualmente habilidosos.
Será por eso que soy una inútil, siempre tuve y por suerte tengo cerca mio a hombres que saben hacer de todo.
Excepto mis (ex) novios, no sé por que, mi karma hace que me vincule sentimentalmente con hombres intelectualmente brillantes y manualmente inútiles. Y eso hace que en cuanto me doy cuenta termine huyendo despavorida.
Todo romance comienza con el enamoramiento, un señor que te deslumbra con su inteligencia, con su buen humor, con sus modales, de ahí al respeto y la admiración hay un escaso medio paso.
Todavía recuerdo (pasaron casi treinta años) a Leonardo, lo conocí, como yo decía entonces y hoy sigo sintiendo “me miró, lo miré, nos miramos” y me volvió loca, cuando empecé a conocerlo comencé a respetarlo y a admirarlo, de ahí a enamorarme fue el consabido medio paso, era perfecto en todos los sentidos, alto, elegante, atractivo, divertido, inteligente y culto, médico de profesión, y todo lo que una puede esperar de un señor para enamorarse.
Todo fue de maravillas (excepto nuestros caracteres que hacían que lo nuestro fuera una lucha de egos, pero lo amaba tanto que todo se superaba) hasta que se compró antes de cumplir treinta años, un precioso departamento en la zona más cotizada de Belgrano. Me acuerdo como si fuera ayer cuando me llevó a conocerlo … un departamento enorme, cuatro ambientes a la calle, era lo que le faltaba para ser perfecto, el hombre ideal, el hombre de mi vida, y mientras me mostraba su flamante y hermosa posesión, así al pasar dijo la frase fatal mientras veíamos el living comedor… “mañana viene el electricista a colocarme las lámparas”. Algo se me estrujó en la panza, me golpeó el corazón. Sin querer creer lo que oía, pregunté tímidamente ¿por qué no las colocás vos? “No tengo ni idea como se hace”. Fue la estocada fatal, empecé a sentir un ruido cada vez más fuerte adentro.
Yo entiendo que para casi todo el mundo hoy sea más fácil llamar al service de turno que hacerlo uno mismo, si tenés el dinero pagás y ya está, no te ensuciás, no perdés tiempo, pero yo no puedo superar mi escuela. “Un hombre inútil no es un hombre” (y hablo de los inútiles para esas cosas, no para otras), de allí a la pérdida del respeto y la admiración hay menos de medio paso. Será una estupidez, será una pavada pero eso no puedo superarlo, así soy y esa es mi historia.